>A seis años del asesinato de Maritza Ron // Plaza Francia de Altamira / Caracas/ Venezuela

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03 de Octubre de 2010.
Ramón Torregrosa —español de origen, venezolano de adopción y querencias— está empeñado en llevar el caso del asesinato de Maritza Ron a La Haya. Es difícil, pero ha hecho todo lo que puede. Piensa que, de esta manera, podrá hacerse justicia como se hizo con Videla y Pinochet. Es decir, en última instancia no sólo quiere que paguen los tres motorizados directamente implicados en el crimen (hoy libres), sino que se establezca de forma clara la responsabilidad del presidente Chávez. El asesinato ocurrió el 16 de agosto de 2004, un día después del referendo presidencial revocatorio, en la plaza Altamira, cuando varios defensores del Gobierno cercaron, amenazaron y dispararon contra una manifestación opositora desarmada e inerme.


Acaba de estar tres meses en España instando al juez Baltasar Garzón, del juzgado central de instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, a que se haga cargo. Esto lo está haciendo a través de un abogado venezolano radicado en Madrid, William Cárdenas. Si Garzón le pone interés y voluntad, es probable que el asesinato de la esposa de Ramón llegue a la Corte Internacional de La Haya.


Torregrosa, en 2008, había tratado de que Garzón acometiese el proceso, pero el juez rechazó el libelo porque Maritza no gozaba de nacionalidad española. Entonces Torregrosa llamó a su oficina e insistió; dijo que, al menos, Maritza había sido empadronada en Valencia. Después de eso, Garzón accedió a recibirle el expediente. Luego le llegó una carta del juez diciéndole que faltaban varios documentos. Se los mandó.


Ahora, en junio de este año 2010, del juzgado donde atiende Garzón –él en ese momento estaba muy comprometido con acusaciones en contra− le mandaron a decir que debía esperar unos ocho meses. Ramón protestó. Le contestaron que se acordase de que casos como el de Argentina se tardaron bastante. Hay una cola en el juzgado. Deberá armarse de paciencia al menos hasta febrero de 2011.


Los tres individuos involcrados en el crimen, sentenciados a once años y medio de prisión cada uno, están sin embargo sueltos. El mismo Gobierno, según información de Torregrosa, les dio empleo en el aeropuerto de Maiquetía para que pudieran gozar de libertad condicional.


Ramón forma parte del Grupo Once, conformado por familiares de las víctimas del 11 de abril de 2002. Se reúnen los días 11 de cada mes en un sitio de Parque Cristal. Aparte de esas reuniones a las que no falla, todos los sábados va al Cementerio del Este a visitar la tumba de su esposa. Eso cuando no está en España con su cruzada particular. Está empeñado. Dejó la carpintería. Dejó amistades. Está trabajando en esto desde hace seis años y no se amilana ni se cansa.


En la entrada inferior, crónica que apareció en el periódico Tal Cual cuando se cumplieron dos años del crimen.

FUENTE DEL TEXTO: Hable Conmigo.com
Remisiòn: RobertAlonso /Adela Rios

COMENTARIO: Silvia Schanely de Suarez

Sammy: hay que tener cuidado cuando se señala la posibilidad de llevar un caso ante la Corte Internacional de Justicia, porque sólo los Estados, como sujetos del derecho internacional pueden acceder un caso ante la Corte. Tendría que España hacer lo que se denomina «el endoso diplomático del caso» como cosa pública del estado español y bien sabemos que bajo el gobierno de Zapatero es imposible por sus anexos con el régimen local.
Otra Cosa es el Tribunal Penal Internacional creado por el Estatuto de Roma, que puede enjuiciar a una persona de Estado o  jefe de Estado y sólo es aplicable en casos de genocidio, crímenes de guerra y de lesa humanidad. Como puedes ver, tiene que comprobarse crímenes reiterados cometidos por un jefe de Estado, y no sólo un caso. Es bueno que se señale ésto a la persona que escribió lo de Maritza Ron porque crea falsas expectativas. Incluso, te puedo decir que mi hijo Francisco estuvo en la Haya y el caso de acusación contra Chávez por crímenes de lesa humanidad está paralizado, por no presentar pruebas contundentes que incriminen directamente a la persona de Chávez.

Saludos,
Silvia