Archivo de la categoría: Rafael Rivero Muñoz

VIGENTE: Militares en funciones de gobierno. Por: Rafael Rivero Muñoz. Opinión. Venezuela

Militares en funciones de gobierno

Rafael Rivero Muñoz

Caracas, 09/10/13

“… El gobierno militar es necesario para la guerra, pero la gobernación por apresurada que sea, no es la guerra. Los súbditos no pueden ser enemigos, los descontentos no siempre son facciosos, la oposición no es el ejército invasor… Oposición, descontento, dificultades en la obediencia, deseo de variaciones, anhelo de mejoras son los obstáculos materiales de todo gobierno, porque son las condiciones de todas las sociedades. Los que para removerlos y superarlos apelan a los medios de guerra, ellos son las que la declaran, ellos son los que anuncian que no son la Ley, sino la fuerza, que no son magistrados, sino enemigos, y que su destino es combatir, cuando no tienen armas ni medios para gobernar…” (Nicomedes Pastor Díaz, 1841)

Nicolás Maduro Moros, a la orden de Cuba, se sienta sobre las bocas de los cañones, no les queda otra que matanzas de quienes aún se pretendan venezolanos en Venezuela

Parodiando a David de la Cruz Rugeles[i]: “… Los cocineros tapan sus errores con salsas, los arquitectos con jardines, los médicos lo hacen con tierra y los políticos con tropa…”. Pero, le falta la mejor y definitiva parte de la ecuación y es justo y necesario agregar, hasta dónde alcanzan los esquemas de acción para tapar errores y hasta crímenes.

Falta agregar, que los jefes de esas tropas a todo lo largo y ancho de la línea de mando, los militares profesionales, tapan sus errores y sus crímenes, con el silencio.

¿O no?

1.    En absoluto silencio quedó el abandono del puesto de comando por el general Jefe de Operaciones del “Core 3” estado Zulia, 1.987, que derivara en la Masacre de Agdobadú[ii]

2.    En absoluto silencio quedó el Caracazo, 1.989; tanto, que nadie menciona mucho menos acepta recordar lo que viene a constituir, desde el punto de vista técnico de Seguridad Pública, el verdadero origen e inicio de aquellas matanzas[iii].

3.    En absoluto silencio quedaron las responsabilidades de los mandos superiores de la FAN luego de las dos intentonas, golpes, militares de 1.992[iv]

4.    En silencio absoluto ha quedado la muerte de cadetes y la hospitalización de varios integrantes, algunos graves, de una unidad militar[vi] en maniobras de entrenamiento de sobrevivencia Higuerote/Los Caracas, 2.001.

5.    En absoluto silencio han quedado las responsabilidades de los comandos superiores en el caso del asesinato con un lanzallamas del soldado Ángel Ciro Pedreáñez Mendoza y las graves lesiones ocasionadas a otros ocho soldados[v], año 2.009.

6.    En silencio absoluto han quedado los señalamientos precisos del broker de la cocaína Walid Makled García (2.010) sobre las complicidades castrenses en la carga de multi–toneladas de cocaína en vuelos saliendo desde aeropuertos venezolanos[vii].

7.    En silencio absoluto ha quedado el atentado, lesiones y el asesinato ejecutado personalmente en 2.011 por el Comandante General de la GNB, contra una formación de cadetes en el patio del Centro de Entrenamiento[viii] de sus unidades.

8.    En silencio absoluto ha quedado la desaparición de la rada de la Armada de Venezuela en Puerto Cabello, Carabobo, de una nave Transporte T–72 que luego aparecería fondeada en La Habana, con una importante carga de cocaína[ix], 2.012.

9.    En silencio absoluto han quedado las responsabilidades de comando en el caso del ataque ejecutado por una jauría de 25 motorizados de la GNB en 2.013, contra un vehículo civil tripulado por cuatro mujeres[x], tres de ellas menores.

10. En silencio absoluto ha quedado el asunto de la “Patrulla Perdida”; sobrevivió o no; no se sabe[xi].

11. En silencio absoluto ha quedado el asunto del sostenido y continuado suministro de armas, municiones y explosivos, drogas y medios de comunicación autónomos, a los pranes de varias de las cárceles del país[xii]; eventos múltiples con evidenciada complicidad de oficiales superiores de la GNB.

12. En silencio absoluto el más reciente de los casos criminales que señalan responsabilidades de los mandos superiores de la GNB; el caso de la carga por la pista del Aeropuerto Internacional de Maiquetía, bajo control militar, de más de 31 maletas con 1.482 kilos de cocaína de exportación (≤ 90%)[xiii].

Evasión

Es que en el caso venezolano, bajo los sostenidos y silenciados errores políticos del ayer y el manto de los erráticos del hoy, lo que realmente ocultan es la culminación de esta muy particular guerra contra Venezuela.

Guerra de la cual ninguno de los anteriores dirigentes, los actuales y los que se proyectan, quieren oír; mucho menos entender y muchísimo menos asumir, porque ello significaría el riesgo de serios rebotes en los señalamientos de responsabilidades por acción y omisión.

Una guerra para la cual en su última etapa, Fidel Castro Ruz, tomándose su tiempo, capturando y controlando la voluntad de Hugo Rafael Chávez Frías y haciendo implosionar[xiv] la original FAN, haría ese expreso, útil y muy amañado uso de las propias pretendidas capacidades de la ahora denominada FANB y, sobre todo, de las cada vez más evidentes falencias en los cuadros de mando militares y políticos venezolanos.

Esas mismas “capacidades” y falencias que hoy, bajo el mando supremo del cucuteño Nicolás Maduro Moros, mientras expolian en comandita las riquezas que restan y anulan el futuro de las siguientes generaciones, se aseguran las riquezas para el suyo propio destruyendo lo que aún resta de gentilicio.

Una guerra

Ya hemos comentado el inicio de la guerra de Fidel Castro Ruz contra Venezuela y algunos eventos puntuales en los 20.000 días de continuidad del empeño y desempeño de un acomplejado criminal[xv].

Y si alguna duda persiste, quizás con el Gobierno militar de hoy, queda respondida.

La guerra es el asunto de los militares; la una y el otro se deben entre si su mutua existencia. Si no existe la guerra: ¿para qué entonces esa enorme inversión presupuestaria para los militares y sus guerras?.

“… La guerra es la continuación de la política por otros medios…”; es la más conocida y divulgada sentencia del también más conocido estudioso de los asuntos militares y de la guerra, Carl von Clausewitz (1780–1831)

Contexto

Dentro de ese criterio, vale entonces abordar este principalísimo punto donde necesariamente, deberemos centrar cualquiera sea la percepción o idea rectora en y para el uso o despliegue de la fuerza militar y de sus indiscutibles, expresas y letales capacidades destructivas.

En el caso en comento, frente y en contra de la población civil, especialmente, cuando ésta –la población civil– no está armada y bien se tratare ello o no, de adaptaciones o variantes de la vieja, superada o demodé “Doctrina de Seguridad Nacional”.

Precisión

El ejército ha sido, es y seguirá siendo, una maquinaria ideada, concebida, encuadrada, entrenada, equipada, pertrechada, desplegada y usada en toda la historia de la humanidad, para la destrucción de todo aquello contra lo cual sea empleado el uno, el soldado y los otros, el equipamiento letal: es la razón de ser; ambos existen y se despliegan en exclusivo, para eso, para la destrucción.

Soldado no es policía

No puede ser de otra forma y así tiene que ser la organización, la especialización, despliegue y uso de todos y cada uno de los engranajes, entiéndase, engranajes integrados por individualidades y colectivos, que se inter–conectan unos a otros como engranajes de máquina de reloj, con el fin de alcanzar el objetivo de la guerra: la victoria.

En ese sentido, no han existido, no existen ni existirán medias tintas; o el Ejército lo es en todas y cada una de sus expresiones y con toda la precisión de sus articulaciones psico–sociales y técnicas propias e invariables de los engranajes de una maquinaria para la guerra, para la destrucción; o no lo es, en cuyo caso, no sería un Ejército, ni existiría como tal para el fin que la legitima: la guerra.

El militar

Independiente del rango y en la escala jerárquica en la cual se encuentre, no tiene en su vida otra misión distinta a cumplir estrictamente las órdenes superiores; sea en momentos de la defensa de la soberanía territorial de un país; sea en cualesquiera otras misiones que el poder político le imponga.

Que sea ello en el campo ofensivo o en el ámbito defensivo, no diferencia su fin primogénito.

En defensa o en ataque, el objetivo del Ejército ha sido, es y será siempre, enfrentar, contener y atacar a todo eso que se le fije como objetivo y que tenga por delante; eso. definido y señalado por quien toma la decisión para su despliegue y empleo: el enemigo.

Y enemigo ha sido, es y será, todo aquello contra lo cual ha sido desplegado en zafarrancho de combate; para enfrentarlo sobre el terreno con los medios de destrucción de los cuales dispone y hasta aniquilar toda capacidad de ataque, de daño, de defensa y de resistencia presente y futura; esto hasta someter al enemigo a la absoluta voluntad del comando de las operaciones.

Así. el ejército es el arma del Estado; el soldado, el gatillo del político

Un soldado voluntario o conscripto, es entrenado desde que ingresa a un único fin y para y hasta convertirlo estrictamente, en un objeto –a lo sumo simple diente de un engranaje integrado a otros muchos– puesto que su labor está circunscrita sola y exclusivamente, a ejecutar las órdenes de sus superiores, sea ello en línea de combate o en cualesquiera de sus actividades subordinadas:

Soldado no pienses, tienes prohibido pensar; sólo y exclusivamente obedece a tu superior y ejecuta su orden.

Ese soldado, en tiempo de paz, a lo sumo se mantiene como objeto en un Ejército por un lapso no mayor a dos años; su capacidad, entrenamiento y condicionamiento en obediencia, por tanto y en los extremos, se circunscribe al equipo de arma –individual o colectiva– para la cual fue entrenado y especializado; en ausencia de este equipamiento en sus manos, toda reacción ante la orden y su obediencia no resultará tan expedita.

Despoje al individuo soldado del fusil y pierde o se enturbia esa mecánica relación orden/ejecución; sólo la recupera, recupera el vínculo y ejecutará en colectivo; el ejemplo clásico de reforzamiento sostenido, durante las maniobras de orden cerrado.

El oficial

No resulta lo mismo cuando tratamos el ámbito del soldado profesional; tomando como tal, aquel quien, siendo voluntario, es seleccionado y previa y suficientemente condicionado entrenado con esas seleccionadas y metodizadas técnicas pavlovianas[xvi] para ser destinado a ejercer mando en los distintos y progresivos escalones en una pirámide jerárquica de un Ejército.

En ese caso, estamos frente a un sujeto que ingresa a una Escuela Militar por un primer lapso no menor de cuatro años; a partir de la edad de 18 años, regularmente.

Ingresa a esa Escuela para Oficiales y a partir de ese momento, la primera misión de los entrenadores y del entrenamiento, es la despojar a ese voluntario estudiante de toda su condición, habituación o formación como sujeto y hasta convertirlo y consolidar una conducta como simple aunque bien entrenado objeto: el diente de un cada vez mayor e importante engranaje de una cremallera.

Al igual que el soldado sólo que, en este caso, esa destrucción del sujeto y el condicionamiento y la habituación a la estricta obediencia como objeto, tiene un contenido más preciso y expresamente elaborado, para su consolidación y afinamiento en el tiempo.

Se trata de algo más de una única arma o equipo de destrucción individualizado en la formación del soldado; en los oficiales es la especialización en el uso de distintos y variados equipamientos para la destrucción y, especialmente, en la dirección, refuerzo de condicionamiento en los soldados quienes, individualmente o en colectivo, las operan.

Tanto entrenamiento sostenido, como para lograr en ese hombre/objeto, oficial en línea, las capacidades y habilidades físicas para el uso más efectivo tanto de las capacidades individuales de los subalternos –esos otros objetos bajo su mando, los soldados–, como para el mejor y más efectivo empleo del equipamiento bélico destinado a la destrucción y aniquilación del enemigo; sea el caso de quien le enfrente o contra quien haya sido desplegado.

Ese oficial objeto, sale de la Escuela para Oficiales y permanece en su desempeño como tal y como profesional cada vez mejor entrenado en mejores técnicas y equipamientos para la destrucción; acumulando experiencias con el acumulado de prácticas sostenidas y como parte de ese aceitado engranaje en el mando, para la conducción y para el empleo de la capacidad letal en la articulada y colectiva capacidad de destrucción.

Para eso es el ejército, para eso es el entrenamiento, es la especialización, es el objeto de la acumulación de prácticas sobre el terreno; esas que definen, fijan y consolidan la experiencia.

Tránsito de objeto a sujeto

20 o 25 años después de diplomado; de su egreso de la Escuela para Oficiales, el tiempo, su hoja de servicios, sus probadas experiencias vinculadas a las buenas relaciones con sus superiores al interior de las fuerzas; en algunos casos, por sus vínculos familiares, palancas y buenas relaciones con el mundo político, le hacen acreedor o beneficiario de un ascenso.

En ese momento, sus superiores inmediatos en acto protocolar y mediante la colocación en hombros y pecho de insignias de su nuevo rango, le dan una orden: ahora piensa, porque a partir de este momento, entras –“por orden superior”– en el mundo de los sujetos: se te ordena pensar.

Para explicar y comprender las complejidades de 20 o 25 años en la evolución del tránsito sujeto/objeto y viceversa; circuitos neuronales; conexiones, sinapsis selectivas y demás detalles de los mapas topográficos, requiere de conocimientos especializados y exceden el ámbito del comentario.

El quid

He allí el asunto que ningún diplomado político, nuevo o veterano, en gobierno o en oposición, ignora o puede jamás ser admitido que ignora.

Antes por el contrario, resulta casi indiscutible que, en ausencia de la argumentación, la capacidad y la fuerza política para enfrentar las circunstancias de un momento, perfectamente consciente de lo que hace, el político decide optar la vía de “la política por los otros medios”: los medios de fuerza.

 

En lo absoluto ignora el político lo planteado; eso que bien afirmó en su momento Georges Benjamin Clemenceau (1841-1929); aquel Primer Ministro francés y principal arquitecto del Tratado de Versalles durante la Conferencia de Paz de París en 1919:

“… La diferencia entre un civil y un militar es que el primero siempre puede militarizarse, pero el segundo rara vez puede civilizarse…”.

El político mientras más incapaz en el desempeño de sus actividades, cada vez mayor uso hace de la fuerza militar que a su vez, mientras cubren sus errores con la única alternativa que le resta para permanecer en el poder, los soldados, esconde con el silencio, los errores de éstos y los suyo propios; crímenes incluidos.

Deslindando

Sea por reflejo condicionado sea por decisión que se tome como consciente, así como el soldado sobre el terreno y frente al oponente civil desarmado, presionando sobre el disparador del equipo letal, individual o colectivo que le ha sido asignado, sea pistola, fusil, mortero, lanzacohetes, blindado, tanque, cañón o bomba, la dispara o activa y cumple así con esa su misión destructiva.

Pero, es el oficial superior o el oficial general, desde su puesto de mando, quien mediante sus arengas, discursos, condicionamientos, órdenes y los señalamientos e individualización de los objetivos a destruir, quien presiona, activa, dispara al soldado; lo mismo como si lo hiciera con un simple tirón del disparador o gatillo y para ese mismo fin.

Allí están en los hechos, en sus resultados y derivados; tanto el ejecutor inmediato, el soldado que dispara el fusil ­­–o cualesquiera otros sean los artificios letales de los que haya sido dotado–, como el ejecutor mediato, está el oficial que previamente disparó al soldado.

La responsabilidad

Queda suficientemente sustentada y salvo que el soldado, probada y documentalmente, sea haya ejecutado el acto sin una previa orden o sea en expresa contraorden o insubordinación, la responsabilidad del daño ocasionado, de los efectos derivados –especialmente cuando la ejecución militar es frente a civiles desarmados–, no está solamente en aquel soldado “objeto” quien no piensa ni decide pero que si presiona el gatillo del instrumental letal del cual ha sido dotado por su comandante para ejecutar la misión.

La responsabilidad criminal está y deberá estar también y siempre, en cabeza del “sujeto” quien si piensa, sabe lo que quiere y decide el empleo militar contra civiles; puesto que:

… entrenó, condicionó y pertrechó al soldado;

… emitió de viva voz las arengas que despertaron y despabilaron los reflejos condicionados y acicatearon el espíritu de combate;

… luego desplegó al soldado en colectivo zafarrancho de combate sobre el terreno, en ese caso, una ciudad abierta;

… como enemigo señaló, identificó expresamente áreas físicas, actividades y características de determinada parte de la población civil desarmada

… y para culminar el acto de decidida destrucción bélica, con sus órdenes tajantes y expresas, presionó con suficiencia al soldado para el uso del instrumental letal;

… más aún, terminada la operación en los términos y sobre los objetivos pautados y para dar continuidad al esfuerzo bélico y las capacidades de destrucción en plaza, sobrevienen las públicas o privadas felicitaciones a los soldados; los reconocimientos a los oficiales de línea y en los extremos, las condecoraciones, ascensos y aumentos de mesada y otras prebendas a soldados y los oficiales de más alto rango.

Así que, en la práctica, es el mando superior de las unidades militares desplegadas y comprometida frente a los civiles desarmados, quienes halan el gatillo por persona interpuesta –el soldado– y la responsabilidad penal, siendo individual, no sería del sólo soldado; recae entonces en el militar y/o civil de mayor jerarquía y puesto al mando de estas operaciones de guerra.

Dos acotaciones a tenor

El mayor motivador para el uso de capacidades bélicas contra civiles, no está precisamente en las premiaciones, ascensos, reconocimientos públicos y privados; si bien es cierto que son un pesado acicate a la acción, mayor y más trascendente que ese se soporta en las garantías de impunidad.

Allí está el verdadero y trascendente elemento –culminante– que tiene en sus manos y que maneja el liderazgo político frente a oficiales generales y superiores en y para el empleo de la única arma que le queda para mantenerse en el poder: la violencia.

Esa garantía de impunidad absoluta resulta de tanta trascendencia en los ataques letales contra la población civil desarmada que, no se distingue si los atacantes son fuerzas regulares, Ejércitos oficiales de un país o son fuerzas irregulares alzadas en armas.

Bien podemos ejemplarizar con eventos actuales en pleno desarrollo.

En las recientes informaciones sobre el repliegue de los negociadores de la FARC en las conversiones de paz en La Habana, entre el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos Calderón y los representantes del Secretariado.

Un evento obligó al propio Santos Calderón a viajar apresuradamente a la ONU, fueron los efectos de una carta que la Fiscal de la Corte Penal Internacional, Fatou Bensouda Bom, remitió a la Corte Constitucional de Colombia sobre el marco jurídico para la paz; dejó bien claro la Fiscal:

“… si los principales perpetradores de los delitos más atroces cometidos por un grupo armado se desmovilizan, se desarman, reconocen su responsabilidad, contribuyen a la verdad y dan garantías de no repetirlos, ‘estas circunstancias, sumadas a la prohibición de participar en la vida pública, podrían justificar la reducción de la pena, siempre que la condena inicial sea proporcional a la gravedad del crimen’. Si lo anterior no se cumple… la CPI podría intervenir para tratar de juzgar a esos criminales…”.

Abunda en detalles la información:

“… La jurisprudencia internacional sostiene que los comandantes son responsables de delitos atroces y de lesa humanidad cuando dichos delitos han sido cometidos por el grupo de manera sistemática. Y eso es justamente lo que ocurre con los secuestros, los ataques con cilindros bomba a la población civil inerme, las masacres y otros…

… aun si no es posible demostrar que la orden directa de uno o varios de esos crímenes la dieron ‘Timochenko’ o ‘Márquez, que llevan años en el secretariado de las FARC, su condición de comandantes y el hecho de que sean prácticas repetidas los convierten en penalmente responsables.…

… los comandantes de las FARC podrían ser beneficiarios de rebajas de pena, pero jamás de su suspensión: en cualquier caso, tendrían que ir a prisión…”

Y señala:

“… el presidente Juan Manuel Santos voló a Nueva York, a la asamblea de la ONU, para pedir, en tono casi desesperado, que la CPI no se le atravesara al proceso de paz…

… En reunión con la fiscal Bensouda, obtuvo de ella un apoyo genérico al proceso, pero no que cambiara de opinión sobre los crímenes, su juzgamiento y las penas de prisión…” (El Nacional 08/10/13)

Y quién es Fatou Bensouda[xvii]

“… jurista de Gambia Fatou Bensouda, de 50 años… Elegida por consenso en 2011 por la Asamblea de los 121 Estados miembros de la Corte, es la primera mujer al frente del único organismo permanente destinado a juzgar el genocidio y los crímenes de guerra y contra la humanidad…

… figura imponente y maneras suaves, Bensouda afronta a partir de este viernes el reto de mantener su credibilidad e independencia frente a presiones políticas externas…”

Si bien

En las intervenciones militares cubanas en Argelia, Angola, Guinea Bisau, Etiopía, Yemen del Sur, ni Fidel Castro Ruz ni ninguno de sus oficiales y efectivos militares que operaron sobre el terreno, fueron llamados ni llevados ante ningún tribunal nacional o internacional como responsables por las matanzas de civiles desarmados (genocidio); otra es la circunstancia en este momento de su intervención militar en este territorio de Venezuela y contra la sociedad venezolana.

He allí el por qué Cuba se cuida bien de no tener intervenciones directas sobre el terreno y deja éstas en manos del personal venezolano bajo las evidentes y publicitadas órdenes de oficiales venezolanos; el punto es que, a partir del primero de julio del año 2.002 entró en vigencia el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional.

A tenor vale recordar una de las máximas de Sun Tzu:

“… Quien ignora los planes de los Estados vecinos no puede realizar alianzas a tiempo; quien ignora las condiciones de las montañas, de los bosques, de los desfiladeros peligrosos, de los pantanos y marismas, no puede conducir l marcha de un ejército; quien no utiliza guías nativos no puede aprovechar la ventajas del terreno. Un genera, que ignore incluso una sola de estas tres cuestiones no es apto para comandar los ejércitos del Rey Hegemónico…”

Entonces:

¿Cuántos de estos generales bajo el mando del cucuteño y agente cubano Nicolás Maduro Moros, conocen los planes de Cuba, Colombia, las FARC, Guyana, Brasil y los pequeños estados del Caribe?

¿Cuántos de estos mismos generales conocen las condiciones de montañas, bosques, desfiladeros, pantanos, marismas y escuchan los guías nativos que le permitan conducir el ejército de Venezuela, no el de Cuba?

En definitiva ¿cuántos de estos generales están dispuestos a ejecutar las matanzas de sus propios connacionales en nombre y beneficio del ayer acomplejado Fidel Castro Ruz, hoy de su hermano y de Cuba?

¿A cambio de qué, cuántos de estos encumbrados y enriquecidos generales estarán dispuestos, en un futuro no muy lejano, a confrontar los derivados de las matanzas de civiles desarmados, frente a la Fiscal de la CPI Fatou Bensouda?

Conclusión

El cucuteño Nicolás Maduro Moros, bajo las órdenes de Cuba, se sienta sobre las bocas de los cañones para la satisfacción de los términos de su misión bélica como agente de ese país, puesto que no les queda otra, a Cuba y a su agente en Venezuela, generales venezolanos incluidos, que el exterminio, la matanza de civiles desarmados (genocidio); esos quienes aún se pretenden venezolanos y se arriesgan en la confrontación, en los términos y con los medios que sean necesarios y por Venezuela.

El acomplejado criminal y ya decrepito Fidel Castro Ruz, a pesar de los años y de las truculencias políticas y militares, aún no ha derrotado ni ha logrado la sumisión total de Venezuela y los venezolanos.

Eso, una indiscutida y estable victoria sobre Venezuela y los venezolanos; si bien fueron 15.000 días de derrotas de sus desempeños, desde Betancourt hasta Caldera II, en los subsiguientes tres lustros, ha sido 5.000 días de avance en el control con Hugo Rafael Chávez Frías y ahora con el cucuteño Nicolás Maduro Moros, habrá logrado algo, muy inestable por cierto, pero no una cpmsolidada y definitiva victoria militar, política, económica y social.

Y morirá Fidel Castro Ruz –si es que en verdad eso que muestran aun vive y tiene consciencia–, sin ver esa victoria ni poderla disfrutar, ni él ni Cuba; aún falta mucho; los venezolanos, no han sido derrotados.

[i] ¿Militarizar las ciudades realmente protege a los ciudadanos?

[ii] Oficial general quien habiendo destacado y teniendo comprometida una unidad de combate en la Sierra de Perijá, abandonó puesto de mando y se fue a Barquisimeto a una fiesta mientras, la unidad que había agotado sus capacidades de autonomía y subsistencia, sin baterías ya para comunicaciones, se refugiaron en un rancho en un bajo del río Agdobadú (1.987) a la espera del eventual relevo. Son ubicados por guerrilleros de la zona quienes se despliegan en combate rodeando el área; rodeando por separado evidencian capacidades a cada uno de los cuatro centinelas, quienes abandonan posiciones, equipo, uniforme y huyen en ropa interior sin alertar a la unidad. Con el control y dominio táctico del área, desde lo alto, una cota superior, rodean a la unidad militar, atacan con todo; 19 Guardias Nacionales son masacrados; eventraciones, “corte de corbata” y otras sutilezas criminales son aplicada a los heridos y cadáveres mientras toman control de los equipos; un teniente dado por muerto sería ubicado días después, bajo el techo del rancho, con vida y una gusanera emergiendo de la herida de bala en la cara. Sin investigación ulterior, ni ese jefe que abandonó su puesto de comando; tampoco los cuatro centinelas que en combate abandonaron sus posiciones de custodia y alerta a la unidad, fueron investigados, llamados a juicio menos aún sancionados; antes por el contrario, ese general Jefe de Operaciones, siguió en la fuerza y ascendiendo hasta su retiro.

[iii] Hemos sostenido y sostenemos sin haber sido refutados, que aquello comenzó con el abandono del Puesto de Comando por general de la Guardia Nacional y de su Estado Mayor militar, destacados como Comandante General y equipo al mando supremo de la Policía Metropolitana de Caracas. Eso sucedió sobre las 05:00 horas de aquella madrugada del 27 de febrero de 1989. Ese equipo militar se negó asumir el mando de la situación y habiendo ordenado el repliegue a puntos de observación del personal de patrulleros que se había desplazado en Guarenas y Caracas, hacia las paradas de transporte colectivo donde se iniciaran las protestas por el repentino aumento del pasaje. Ese repliegue de los metropolitanos, fue la última orden vía teléfono al oficial de guardia y de seguida todo ese equipo militar de la Guardia Nacional al mando supremo de la Metropolitana, desde sus propias casas de habitación, acobardados corrieron a refugiarse a la Comandancia General de la Guardia Nacional en la urbanización El Paraíso. Ese ordenado repliegue seguido del ulterior abandono del mando supremo de la principal unidad de seguridad y prevención de la ciudad Caracas; sin que siquiera se tomarán medidas prácticas para habilitar unidades de transporte y así despejar por esa vía los primeros focos de concentración y de protesta. Allí comenzó el Caracazo, pero jamás ninguno de esos responsables han sido investigados, llamados a un estrado y menos aún, juzgada su cobarde conducta.

[iv] Eso que en reciente nota del Almirante Mario Iván Carratú Molina, comenta de sus personales conversaciones con Augusto Pinochet en Santiago de Chile en marzo 1993. Cuestionaría a ese tenor el propio Augusto Pinochet: “… Como es posible que en su país haya habido dos cuartelazos militares y no se haya destituido el mismo Alto Mando Militar y pasados a juicio militar por traición, hay conexiones con Cuba allí…”

[v] Efectivos pertenecientes al 105 Batallón de Ingenieros de Combate General en Jefe Carlos Soublette, quienes dentro de un calabozo, desde la reja de la celda, fueran expresamente rociados con descargas de lanzallamas.

[vi] Cinco cadetes graves; la muerte de uno de los cadetes que llegó muerto a la Escuela; la hospitalización en vida vegetativa y luego muerte de otro y los otros tres hospitalizados y sometidos a tratamiento de hemodiálisis; pelotón a quienes en ejercicios y maniobras de sobrevivencia en selva entre Higuerte y Los Caracas; pese al esfuerzo sostenido –el comando de la Academia Militar el hoy gobernador de Vargas, Jorge Luís García Carneiro–, se les negó la dotación e ingesta de agua, decisión que produjo en varios cadetes estadios severos de deshidratación y de colapsos renales; ésa como la causa diagnosticada para la muerte de dos de los cadetes y la hospitalización de los otros tres.

[vii] Por ejemplo, en el mes de abril de 2.006, cargan en pista del Aeropuerto de Maiquetía el DC–9 matrícula N900SA con 5,6 toneladas de cocaína con destino a Centro América; el vuelo aterriza de emergencia en México y es incautada la droga; en el mes de noviembre de 2.009 cargan 10 toneladas de cocaína y comienza su carreteo para despegar desde la Rampa 4 (rampa presidencial bajo estricto control de la GNB), el Boeing 727, la aeronave aterriza en Mali, Àfrica y luego de la entrega de la droga es quemada. Nada ha dicho la Fiscal General Luis Ortega Díaz de la larga lista de funcionarios activos identificados por Walid Makled García desde una prisión de máxima seguridad en Colombia: Mayor General Henry de Jesús Rangel Silva, Ministro de Defensa, hoy gobernador de Yaracuy; Mayor General Felix Antonio Velásquez Comandante 5ª División Infantería de Selva; Mayor General Luís Alfredo Motta Domínguez Comandante GN, INTI; Almirante Carlos Máximo Aniasi Turchio Comandante de la Armada 2009; General de División (E) José Gregorio Montilla Pantoja, Agregado Militar en Alemania; General Brigada Hugo Armando Carvajal Barrios alias “El Pollo” DIM; General Néstor Luís Reverol Torres ONA,vice ministro Interior y Justicia; General Orlando Medina Miranda; Inteligencia de la GN; General Franklin Márquez; Jefe del Core 1 de la Guardia Nacional; General Gabriel Armas González; ex-jefe del estado mayor del Comando Regional No. 2 de la Guardia Nacional; General Alexis Maneiro Gómez; Ex Jefe del CORE 7 Guardia Nacional, ex Director de Inteligencia; General de Brigada Av Wilson Marín Leal; Grupo 4 Maiquetía; General Eladio Aponte Aponte; Sala Penal Tribunal Supremo de Justicia, hoy confidente, testigo protegido de la DEA en USA; General Luis Felipe Acosta Carlés Gobernador Carabobo, socio piratería carretera; Capitán de Navío Ramón Rodríguez Chacín; ministerior, vicepresidente PSUV, Presidente Tribunal Disciplinario del PSUV, electo gobernador de Guárico y autor de no menos de 10 masacres de 100 civiles desarmados 1.982/88; Coronel Ramón Alonso Carrizales Rengifo, gobernador Apure; Teniente Coronel Favio Zavarce Pavón, Comandante del Destacamento Nº 25 de la Guardia Nacional de Puerto Cabello, estado Carabobo; Mayor Nelson Morales Fiscalía Militar Aragua; Mayor Francisco José Ameliach Orta vice Asamblea Nacional PSUV; sus enlaces civiles; Tarek Zaidan El Aissami Maddah Ministro Interior y Justicia, ahora gobernador en Aragua; Feraz El Aissami Maddah, hermano y encargado de la empresa de suministros a las cárceles venezolanas y su cuenta con más de 21 millones de US$ en un Banco en Suiza; el cucuteño Nicolás Maduro Moros, actual Canciller de la República; ex–chofer de Metrobus y ahora presidente de Venezuela en funciones; Cília Flores; escribiente de la PTJ, PSUV, Presidente AN y Procuradora, ahora ascendida a Primera Dama; Ramón Carrizales piloto civil e hijo del ex–vicepresidente; Saúl Guillermo Ameliach Orta viceministro del petróleo; Iris Varela PSUV ministra de cárceles; Funcionario Jesús Alfredo Itriágo CICPC; Funcionario Nelson Lara CICPC; los fallecidos; Luís Tascón y William Lara.

[viii] Oficial general quien, sin licencia de piloto y operando un helicóptero nuevo Bell 412, cuando trató de posarlo en el patio del Centro de Entrenamiento frente y mientras una unidad de cadetes subalternos estaba en formación, no logra controla el aparato, se mete entre las ramas de árboles, se cae la nave y parte de las aspas son lanzadas directamente sobre la formación, hieren a varios cadetes; uno de ellos Carlos Pertuz muere perforado en la espalda por una pieza grande del metal desprendido.

[ix] Evento que deriva en la expulsión de Cuba de un miembro de la Agregaduría Militar de la Embajada de Venezuela, el capitán y ex gobernador del estado Apure, Jesús Aguilarte Gámez, quien ya en Venezuela es asesinado en Maracay; luego a 590 kilómetros de distancia, en el oriente del país, es asesinado el general Wilmer Antonio Moreno, el segundo al mando del Servicio de Inteligencia de las FANB, DIM y subalterno directo de Hugo Armando Carvajal barrios alias “El Pollo Carvajal”,selecto miembro de la Lista Clinton. Nada de ese caso del cargamento de cocaína en una nave de la Armada y del casi inmediato asesinato de dos oficiales de las FANB, ha sido investigado, llevado a juicio y sentenciado.

[x] Un vehículo civil que transitaba por una vía pública sin señalamientos ni restricciones ni alertas, conducido por una madre y sus tres hijas; 25 motorizados de la GNB en jauría atacan sin aviso previo y hacen no menos de cien disparos de sus fusiles; sesenta impactan el vehículo; ocho a la madre, otros a la hija de 15 que viaja a su lado; dos a la morocha que viaja atrás, uno en la cabeza que le sale por un ojo, otro en la pierna; la menor de las niñas, herida en una pierna; cuando abren la puerta del detenido vehículo y se percatan que eran cuatro mujeres, entre ellas 3 niñas, el comandante de la unidad y 15 Guardias, se dan a la fuga; el resto no pudo huir porque la población a terminar los tiros y observar, les obligaron a prestar auxilio y les impidieron huir.

[xi] Si fue verdadera la información del medio de comunicación escrito o fue falsa; nada se sabe si realmente se perdieron o desaparecieron o no los 52 integrantes de la unidad en ejercicio de sobrevivencia en las costas del río Tuy. Muchos han preguntado ¿… y dónde están los familiares de esos cadetes que guardan silencio…?; habrá que responderles en con una variante de aquella famosa respuesta de Nikita Sergeyevich Khrushchev –en su época de Secretario General y Primer Ministro del Politbureau, cuando criticando los asesinatos de Stalin y alguien en la masa le preguntó y dónde estaba él–: esos familiares están en el silencio y en el mismo lugar donde están todos los familiares de las tantas víctimas citadas en los casos anteriores.

[xii] Decenas de fusiles M–16, FAL y los más recientes adquiridos Kalashnikov 103; cientos de miles de municiones 7,62×51, 7,62×39, .223, 9mm; cientos de granadas en manos de los presos han sido decomisadas en las distintas cárceles de Venezuela, luego de las balaceras entre presos y la GNB, con cientos de muertos y heridos; equipamiento militar que sólo y exclusivamente pueden ser obtenido de los parques de las unidades de la FANB; las municiones de fusiles y pistolas, en sus originales empaquetados de fábrica. Y en casi tres lustros, jamás ha sido ejecutada una investigación ni de la forma de entrada de las armas a las cárceles, ni del origen de esos parques bélicos; menos aún un inventario de existencias en los almacenes y citados e interrogados los mandos superiores responsables de la custodia del armamento de uno u otro sea el componente de la fuerza militar venezolana.

[xiii] En las bodegas del avión de Air France para su vuelo Maiquetía/Charles De Gaulle y cocaína capturada en silencio el 11/09/13 por la Policía de Francia en una “Operación de Droga Vigilada” en combinación con sus pares de Inglaterra, España, Holanda, Italia y que por razones de sobra conocidas, no fuera informada Venezuela ni oficial ni oficiosamente; diez días después de la puesta bajo control de la carga de cocaína y del seguimiento, logran la captura de los receptores de la carga en dos lugares diferentes y se hace el anuncio a los medios de comunicación nacionales e internacionales.

[xiv] Detonando los explosivos en la superficie externa del objeto, la onda expansiva se mueve hacia adentro, comprimiendo y aumentando densidad hasta alcanzar el estado crítico. El mejor ejemplo de implosión, está en el uso de múltiples medidas, reguladas y sincronizadas cargas de C4 que se detonan a la vez para activar un artefacto nuclear.

[xv] Fidel Ruz, pandillero, hijo bastardo de un soldado del imperio que luego de expulsados los españoles por los norteamericanos a partir de 1.908, regresa a Cuba, se hace millonario y en su mansión preña a una joven sirvienta de su mujer; sólo después a la edad de 17 años, es reconocido, toma el apellido del padre y se nombra Fidel Castro Ruz. Dos severos complejos derivados, el de hijo bastardo y el hecho de que Cuba ha sido el único país latinoamericano que no se libró de los españoles por propio esfuerzo y voluntad de sus propios naturales. Sobre la severidad de esos dos complejos se montan las tres vejaciones que le fueron propinadas públicamente por Rómulo Betancourt; cuando le rechaza su propuesta con el argumento, el petróleo es de Venezuela y de los venezolanos; cuando directa e indirectamente, logra la expulsión de Cuba de la OEA y cuando a una nueva intentona con Rómulo Betancourt, este tajante le responde “… Venezuela cuando necesita libertadores, los pare…”. Allí están los precedentes de lo que hoy se materializa en ese empeño por vengarse y destruir Venezuela. En la reciente versión de uno de sus socios venezolanos, ahora “arrepentiti”: “… Fidel soñaba con ‘ponerle la mano’ a Venezuela. Hugo Chávez se la ha entregado en cuerpo y alma. Chávez se ha subordinado a Fidel –soy un soldado de Fidel– exclama a cada rato… lindezas que indican cómo se ha arrodillado ante el líder de la Revolución cubana… A Fidel le cayó como mango maduro la subordinación de Chávez…” (Rafael Elino Martínez, “Conversaciones Secretas”, Libros marcados 2013)

[xvi] De Iván Petróvich

[xvii] Fatou Bensouda, abogada acusadora del Tribunal Penal Internacional para Ruanda, creado en 1994 para juzgar el genocidio de la etnia tutsi por parte del Gobierno hutu. Desde 2004, la segunda fiscal de la CPI, conoce a fondo la institución y ha dejado clara su preocupación por los crímenes de género y la violencia sexual padecida por miles de mujeres y niñas en las guerras. Su primera declaración a punto de tomar posesión ahondó en esa lucha personal y legal: ‘Trabajaré con y por las víctimas de conflictos masivos y terribles sin consideraciones geográficas’; en sus manos el caso de Thomas Lubanga, exlíder de la Unión de Patriotas Congoleña, la fiscalía ha pedido 30 años de cárcel. Si Lubanga ‘muestra arrepentimiento y trata de reparar el daño hecho a las comunidades de los niños afectados’, el equipo de Bensouda estaría dispuesto a solicitar 20 años de reclusión; el caso de Laurent Gbagbo, expresidente de Costa de Marfil; imputado por crímenes contra la humanidad tras las elecciones celebradas en su tierra en 2010. Su afirmación: “… Operamos en un entorno político, pero nuestro deber es aplicar el Estatuto de Roma, texto fundacional de la Corte. Nuestros únicos argumentos son legales…”

FUENTE:

Profesional independiente en el sector Seguridad e investigaciones / Linkedin