La negra noche que se nos viene encima
De todos era sabido que el Gran Polo Patriótico -o sea el PSUV- se alzaría con una incuestionable mayoría aplastante y también que a los partidos de la llamada “mesita” le obsequiarían las sobras del reparto. Pero “se pasaron”.
253 de 277 curules fueron teñidas de rojo-rojito.
De acuerdo a los últimos resultados divulgados por el CNE(?) los encarnados, con un 69,32% de los votos, se adueñaron del 91,24% de los escaños en disputa. Dejando el resto del botín a “alacranes” y otros de similar porte, que constituirán una oposición a la medida, con la que se tratará de lavar la cara a la dictadura totalitaria que manda en el país.
Advertido estaba, y ellos son gente de palabra. Alertaron que no asistirían a otro evento electoral sino estaban seguros de ganar. No se trató de premoniciones de la llave Maduro-Diosdado, hicieron promesas y las cumplieron.
Las trácalas, además de todas las acostumbradas, en esta oportunidad incluyeron -amén de la inhabilitación, persecución, asilo y exilio forzado, amedrentamiento y prisión, seguidos de un amplio etcétera, de un número importante de diputados y dirigentes opositores- la confiscación de nombres, siglas y símbolos de los principales partidos de oposición y hasta de algunos aliados tradicionales a los que se ocurrió no incluir candidatos haciendo comparsa en la planchas del Polo.
A unos electores desmotivados y en disconformidad total con el régimen se sumó el llamado a la abstención de la oposición a la abstención y otros grupos de la sociedad civil.
Resultado, según el CNE participó el 30,5% de electorado, según la oposición el 13,20%. La primera cifra parece inflada, por todos es archiconocido que el 80% o más de la población adversa a todo lo que huela a chavo-madurismo.
Parece haber habido una fuerte intervención maquilladora. Pero, a una mujer fea por más que se le haga, fea se queda. Ni modo. Hicieron lo más que pudieron tratando de ocultar la evidencia significada en las transmisiones aparecidas en las redes sociales, único medio de comunicación no dominado por el oficialismo.
El repudio está allí, es innegable. Tampoco lo es que la nueva Asamblea Nacional fue electa, en unas “elecciones” no reconocidas por la inmensa mayoría de los países democráticos -45 hasta el momento- y con la bendición de los aliados gubernamentales. China, Rusia, Cuba e Irán dijeron presente, era el gol de Maduro, legitimarse ante los aliados.
Este “triunfo”, aunado a la “ley constitucional antimonopolio”, pretende crear las bases para obtener el indispensable oxígeno del financiamiento que permitirá a Maduro tomar un segundo aire.
Por otra parte, ya ha sido anunciada la persecución implacable contra los diputados de la Asamblea Nacional, que sin duda alguna se hará extensiva a todo aquel que se le ocurra oponerse a Maduro y su régimen, para intentar (lograr?) consolidar la dictadura totalitaria que se viene estructurando desde el inicio del proceso, por allá en los inicios de los años 80, casi 40 años atrás.
Ganas y decisión no les falta. Así lo certifican los centenares de jóvenes muertos en manifestaciones, los miles de asesinatos extrajudiciales (¿existen asesinatos judiciales? ¿autorizados por la ley? ¿pena de muerte? Art 43 de la tan violada y pocas veces respetada CRBV)) a los que hay que sumar los millares de detenidos y los centenares de presos políticos que pernoctan en las cárceles venezolanas.
Debemos prepararnos para resistir, vivir, soportar y triunfar en La negra noche que se nos viene encima.
René Parodi@reneparodim
REMISIÓN:
De: Rene Parodi rparodi.pz
Date: jue, 10 de dic. de 2020 a la(s) 10:15
Subject: La negra noche que se nos viene encima.
To: Rene Parodi <rene.parodi>
LA PROTESTA MILITAR 3 
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